Mi abuelita me cantaba: "Ángel de la guarda, dulce compañía, no me dejes solo, ni de noche ni de día, no me dejes solo, que me perdería..." ¿Dónde estamos cabrón?
Entregué sin nada a cambio, dí mi todo sin miseria, ¿Me amas? Sí ¿Hasta dónde? Hasta la Luna en Venecia. Conté desiertos de arena, asesiné a la tristeza, ¿Me amas? Sí ¿Hasta dónde? Hasta perder la cabeza. Quité el no de mis labios, pulí tu mundo de besos, ¿Me amas? Sí ¿Hasta dónde? Hasta el crujir de mis huesos. Inyecté tu sal en vena, me regalé sin pretextos, ¿Me amas? Sí ¿Hasta dónde? Hasta los defectos.
Te dejo con tu vida de mierda, púdrete,escupe hasta que cuaje, ahí te quedas con tu miseria de razón, tu macabro paisaje. Te dejo con tu triste corazón, el que te ayudó a matarme, te quedas con la fría traición así, descorazonándome. Te dejo, te quedas, te dejo y escampa, te dejo y la lluvia me atrofia y escampa. Te quedas, te dejo, te quedas, me matas, te dejo con tu vida de mierda, te quedas con tu estúpida mirada.
Una parte de mí ha muerto, no pude llorar, no siento, olvidé los sinónimos de tristeza, y todo lo que pude hacer sin ti fue olvidarte, no miento. Una parte de mí ha muerto, no pude volar, lo intento, enterré en la tristeza el aliento, y todo lo que debí hacer sin ti, fue reemplazarte, lo siento. Una parte ahora en ti ha muerto, y todo lo que debes hacer sin mi, es evitarme.