Se la di...
¡Dámela toda! suplicó.
Se la di,
hasta tal punto que jamás soltó.
Agarró fuerte,
atravesando uñas mis cosillas,
y me estrelló contra la pared,
aplastando la dignidad.
Se la di, mi vida,
a cambio devolvió
ignorancia eterna.
¡Dámela toda! suplicó.
Se la di,
hasta tal punto que jamás soltó.
Agarró fuerte,
atravesando uñas mis cosillas,
y me estrelló contra la pared,
aplastando la dignidad.
Se la di, mi vida,
a cambio devolvió
ignorancia eterna.